miércoles, 30 de noviembre de 2011

Nunca el olvido...

Nunca el olvido se resistió tanto a deshacerse en el otoño.


Nunca el olvido se aferró tanto a mis pechos y a mis caderas, ni mi mente tejió tantas enredaderas con nombres que causan naúsea y tambalean mi equilibrio.


Como odio no olvidar...ser nido de viboras, de mantis hambrientas de muertes lentas, de sombras maquilladas, de mensajes eclipsados por los sueños.


Siempre amé la verdad y las nebulosas extrañas que brotan de los corazones abiertos.

Hoy no quiero saber.


Hoy me ocupo de mi alma vagabunda que llueve lunas y serpientes enroscadas en los brazos de mi amor. Hoy no quiero saber que hay al otro lado de mi puerta.


Y quiero descubrir cada día donde está la paz y el descanso, donde puedo respirar olores de amor sin vahos.


Y quiero descubrir crisálidas en tus poros, lamiendo la seda, dejando que la mariposa se estire lentamente y vuele buscándome.


Hoy no quiero saber si algo ha muerto, si hay algo que decir, si el camino se puede andar sin frio.


Cuídame mientras me deshago y me hago líquida. Dame tu boca cuando no haya palabras y recórreme con ternura y lentitud.


Dame tu mano siempre, ayúdame a cruzar el puente y que sólo hable el viento y el deseo en forma de alas.


Hoy no quiero saber, sólo sentir tu peso en mi cuerpo y tu mirada en la mia.


No hay dulzura sin tu miel




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