sábado, 8 de octubre de 2011

Hacer un Edén...

Voy a quemar los relojes y a tenderme en la arena contigo. Voy a hacer un Edén con la arena y tu piel y las flores que dibujo van a posarse en tus ojos cansados haciendo estallar la palabra vacío y darán un salto mortal con las olas crispadas de espinas y anclas de barcos con rumbo perdido .






Todas las pisadas de gaviotas que marcan la playa, van a ser pájaros escuetos que en bandada, van a llevarte a la cálida isla de un mundo al revés.



Y el presente será único y no sonará la música ni el silbato del desfile de zombis que van al trabajo.



Voy a quitarte el cascabel del gato que ciega tu sentido del tacto y voy a abrir tu corazón a tiempo completo...embriagarse despacio y perder la visión del océano infectado trago a trago.



Voy a liberar a las palomas mensajeras de cuentos inservibles de humano que no asciende y te voy a desplegar las alas de cera, cosiendo mil capas de manto de tierra con hilo de hiedra a tu espalda fibrada y cansada.



La dirección la impondrá el viento...la llegada al sur el color de los campos en barbecho liberados del sembrado... no habrá tiempo humano que guie tus vuelos ni caminos señalizados para tus pasos. Mira la nueva ruta tranquilo, aunque tengas miedo.



Todo ha de ser creado. El viejo Paraiso es una gran telaraña rota que se agotó tras tanto nombrarlo sin poder habitarlo.



Voy a hacer señales de humo perlado de llamas y las orquídeas sin raiz van a convertirse en mensajes que llegarán a tu boca, como sexos abiertos dispuestos a que tu rocio de saliva los nutra, plagado de versos.



Vas a vivir de otro modo... y a dejarte conmover por lo que ahora aún no ves...sin el silencio de las conquistas de héroes sin laurel o las doctrinas de enmohecido papel.



Entrégate a la ferocidad de ese puente a punto de romperse si pones el pie...levanta tu cabeza durmiente en el sopor de una vida que está coja en el Alma y huele a lenguas muertas, ruinas adornadas, moribundas palabras y grandes mentiras, alcoholes baratos, ruido acolchado y amantes de una noche que prometen volver.



Voy a quemar los relojes y a tenderme en la arena contigo. Respiremos juntos la frágil textura de todas las noches de cuello cortado y sexos secos... , dame la mano, deja que te mire por última vez.



No te acompaño al Edén.



Voy a reparar mi tela de araña y a esperar que la luna caiga agotada en mi red, quiero mirar su otra cara, saber si allí se encuentra el agua. Me muero de sed.



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