Con brillo de estrellas me elevas y dejo que mi cuerpo ascienda lleno de arena de asteroide disuelta en liquidos de amor.
Me entregas un sobre rojo lleno de poesia felina y me estiro en la metamorfosis que me impone tu llama constante en mi boca.
Eres mi balsámica rendición...perderme en el silencio de tu intensa ruta, ascendiendo y sintiendo el sentido, sin miedo a la brújula rota de un país del que escapar.
Me llevas a otra dimensión, la no descubierta por los que escriben la ley. Juguemos a la levedad del ser, a ascendernos, ligeros de equipaje y cargados de metales y cuerdas, burbujas y alas de mariposa busquemos la tierra fértil para descansar.
Vivir sin naufragar, dímelo amor...vivir y navegar más alla de tener o no tener mar.
Me abrasaré por tí, siguiendo esas reglas que se escribieron para los amantes de ciudades nocturnas y habitaciones con olor a hojas perennes.
La utopia es verdad a tu lado y todo se quema y se transparenta contigo. Las distancias se acortan si te toco y se hacen infinitas las galaxias que recorrer si te alejas. Estoy más allá del amor...en un lugar innombrable e innombrado, en un espacio más blanco y más negro, más suave y más áspero...en un lugar lleno de sentidos nutriéndose al sol y al viento, soy abisal y astral.
Y cuando no entiendo como gira el mundo ni para qué, busco tu boca y me descalzo y escuchando la voz de tu cuerpo se extiende desde mi pecho un hilo que me guía de nuevo a la vida, aún sin nombre ni verbo ni siquiera camino.
Me elevas
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