martes, 19 de julio de 2011

Muerde mi ternura...

Sólo tengo tiempo para amarte. Y cada minuto se transforma en una violenta saeta rota que no miro para no herirme de distancia.



En este verano de viento y descubrimiento todo se hace elástico en tus brazos. Se hace más largo el deseo y más ancho mi pecho; se hace dulce de leche tu sexo que emite el sonido del silencio entre mi lengua y su sal.



Si respiro en la noche se abre el día confundido de luces bajo tu cuerpo y en tu cueva blanca quiero quedarme sin saber si es más larga o más corta la vida.



Y nunca creí en las revelaciones de los sueños dormidos. Siempre creí en los despiertos momentos de una canción entre dos cuerpos.



Qué importa esa sábana vieja o ese mundo ordenado en un caos del que nos reimos juntos...qué importan los nombres o las mentiras de aquellos que no aman. Nuestra estrella brilla cuando caminamos hacia nosotros mismos y el vino que nos riega siembra pinceladas de bodegones que nunca se dejan acabar.



Grita y seré eco. Amame y seré pájaro azul, lame mi vientre y mil dientes de león soplaré con susurros ultravioletas...mírame y veré...ven y me quedaré...



Ya sabes que nuestra magia no lleva disfraz, quiero tu fiera siempre en mi cuerpo mordiendo la ternura de mi piel blanca.



Llegará tu aullido a mis oidos cuando me inundes por dentro y leeras en mis ojos el te quiero más profundo de mi garganta.



Despliégate y cerraré mis ojos al vendaval, que se estire mi sueño en tu respiración excitada, que se hagan blandos mis huesos como un tallo lleno de savia.



Han renacido todas mis montañas, son el alma de una ruta salvaje que quiero explorar contigo.



No quiero otro camino que el sendero bifurcado de tu cuerpo, lluéveme, amanéceme, busca bayas en mi boca, vuélame el alma, viájame y sumérjete en mi cascada.



Sólo un hombre y eres tú y la esencia de tu nombre.






( Perfilando la noche...entre mi piel y tu miel)



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