Hoy reposo, sin tu cuerpo, buscándote en mi sueño invadido de plumas, pequeños milagros...dices y planeo en el horizonte que se aleja si me acerco.
Contigo despiertan todas las mujeres que viven en mí y desplegada para recibir mi mitad galáctica se expande el misterio como en un día de planetas conjugados.
Hoy todas las sombras tienen forma de susurro y silencio y mi águila embriagada busca una cueva para dormir la presa del calor de mi vientre.
Eres un inmenso país, sin fronteras y con mezcla de lenguajes, mécete conmigo en las telas de araña y las luces de un blues.
Tus ojos han llegado para que vea el otro lado de la luna y entre los poros de nuestras pieles febriles hay galaxias y vias lácteas tejiendo estrellas que reptan.
Hoy tus pasos andan en orillas de fiesta y cuellos rojos, fieras negras, tumultos confusos... y yo peino mis alas, recordando el sabor de tu cascada blanca y me reclino en tu imagen con música de fondo mineral y frio metal...tú sabes y nadie más.
Mientras nuestro mundo se construye otros mundos se llenan de hombres que dejan de gritar y recuerdan su bondad. Nuestro amor transforma la maraña de preguntas colgadas de las ramas de cerezo y los frutos estallan con nuestros besos húmedos de flujo y semen. Líquidos para beber con amor.Para brindar en las copas de nuestros cuerpos agitados, para derramarse más allá.
Y siento mi espalda y tu mano en ella, ausente de tacto, llena de faquires que enredan sus espadas ardientes con las palabras calladas que me dices.
Y duermo desnuda en la llanura de mi lecho, que guarda un espacio sagrado y regado de luz. Mi pecho es un faro en la terrible noche que reza poesía. Vuelve mañana...
Vuelve como ángel rendido a los demonios del insomnio y ámame con nuevas caligrafias...encárnate en ese animal que aulla en las noches de humo y oscuridad y en esa penumbra que adoras, dame tu mano para ir al lecho deshecho de las danzas del amor inmortal.
(Para mi hombre de miel)
No hay comentarios:
Publicar un comentario