martes, 19 de julio de 2011

Yo pongo las espinas...

No quiero ocultar que soy loba en la oscuridad. Que viajo sola buscando la manada.



Mi aullido es una canción de guerra, muerdo a dentelladas si el hambre de amor me daña. Y todos los que sangraron por mis heridas bailan presos de una hoguera que nunca se apaga.



Mira mi voraz mirada, y verás mil almas vagando encendidas de lava.



No me encontrarás nunca si corres tras de mí, puedo esconderme en la luz y ser piel de arcoiris si guardas distancia exacta.



No tengo miedo a las garras de una ausencia, duermo en el lecho mojado de todos los que abandonaron.



Si llegas a mi territorio prohibido no respires, calma todos los caminos recorridos. Mi vida es otra y has de cambiar tu piel.



Sal de tí, abre tu espasmo y corre conmigo. Mi cueva es de musgo y brillantes gemidos. Pasa la noche y siente mi aliento en tu nuca de hombre esquivo.



Miente un instante y clavaré mi afilado colmillo en tu alma de triste fugitivo.



La loba no sabe de calor ni de frio, se alimenta de sangre y a la luna le explica la ruta de su alma trenzada de vacío.



Trae la rosa inocente, yo pongo las espinas. No juegues a ser sólo un hombre conmigo.



Me marché de vuestros jardines calmados, una mañana de silencio y traición. Sé buscar bajo tierra los fósiles de los amores frágiles y puedo beber el veneno de cualquier alma mortal.



Bajo esta piel de animal no hay pactos que se puedan romper, todas las cicatrices son visibles al miedo y la muerte acecha si te rindes en cualquier seguridad.



Vuélvete jinete,busca un nuevo nombre, elige qué muerte podrías enfrentar y sígueme al fondo del bosque.



Allí acércate despacio y quítame la piel. Si has llegado hasta aquí podré volverme mujer, roto el hechizo, me verás llorar y escarbar con mis manos el barro de mi guarida.



Y serás hombre lobo y yo mujer fértil que aulla en tu boca y lame tu nueva piel.


( Bajo el hechizo)

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